EL ESTANQUE DE CLEO

Cuando Kiku nuestro representante  proveedor de piedras para joyería nos visito para enseñarnos las nuevas piedras que tenían a la venta poco podía imaginar yo que ver al ver aquella piedra desconocida para mí hasta entonces  me iba a atraer de aquella forma.

Entre no sé cuantas carpetas con piedras a cual más bonita y algunas con unas tallas impresionantes, otras con incrustaciones,  otras muy irregulares, orgánicas, salvajes diría yo estas últimas son las que más me atraen, quizás unas mil……… y no os exagero.

Entre tantas piedras mis ojos se posaron en una piedra no era irregular ni salvaje en si pues estaba trabajada en cabuchón, era cristalina muy transparente, pero en su interior había unas manchas, eran como una nubes atrapadas en un cristal o como manchas de musgo que flotaban en su interior, nubes de un color entre gris cálido y un pequeño toque de verde muy  sutil. La mire al trasluz para ver mejor sus nubes y color, era preciosa aquellas manchas te hacían soñar con nubes volanderas, Kiku se dio cuenta y se acerco a mi lado, le pregunte como se llama y me dijo es un Lodolite, un cuarzo con inclusiones de lodo y barro de hace millones y millones de años quedaron atrapados en la piedra.

Ahí sí que mi imaginación me transporto 300 millones de  años  atrás a una charca en la cual había lodo y musgo pero en la cual revoloteaban unas preciosas libélulas el sol de la mañana hacia brillar los colores de sus alas……..  y en el fondo de la charca estaban sus ninfas esperando el momento de la metamorfosis ...  ese lodolite era para mí, me estaba contando su historia las libélulas todavía habitan en la tierra y el estaba allí en mis manos de una forma orgánica si… pero aquí.

Y así es como nació esta joya “El estanque de Cleo” mi pequeña libélula de la suerte que me acompaña siempre. Espero que os guste!!